#hockey / Victoria Manuele y su debut internacional: “Para jugar a este nivel tuve que cambiar la cabeza”
El 24 de noviembre de 2019 Santa Bárbara viajó a Náutico Hacoaj a jugar contra Arquitectura en el encuentro que definía su permanencia en Primera. Antes del partido, mientras los equipos hacían el calentamiento precompetitivo, dos se separaron: Majo Granatto, crack Leona, se llevó a un costado a Victoria Manuele, joven talento de Santa, y empezaron a tirar lujos con el palo y la bocha, desafiándose mutuamente a imitarse. Cosas de espíritus afines.
Manuele sería gran figura del encuentro (marcó el único tanto) que determinó la permanencia del equipo de Gonnet. Mientras festejaba, seguramente no imaginó que aquel sería el último partido oficial que disputaría hasta 2021: la pandemia canceló el torneo metropolitano de 2020 y Manuele quedó confinada, lejos del sintético, hasta que fue convocada este mes para ser parte del combinado nacional Sub-21 que disputó dos test matches frente a la selección mayor de India como parte de su preparación para el Panamericano, a disputarse, si la crisis sanitaria lo permite, en agosto, en Santiago, Chile.
Fue el primer partido “por los puntos” para Manuele tras un año de confinamiento y entrenamientos en cuatro paredes: “Cuando me tocó estar acá encerrada, físicamente hacía todo… pero estuve un montón de tiempo sin tocar el palo y la bocha”, confiesa la talentosa delantera de Santa, de 20 años. El distanciamiento del palo y la bocha, de todos modos, tuvo algo de voluntario: “Lo que me pasa a mí es que me hace mejor, cuando me voy de vacaciones y demás, dejar el palo y la bocha. Me hace bien, cuando vuelvo siento que vuelvo mejor”, explica. Por eso, recién hacia el final del encierro tocó el palo y la bocha, aunque “mucho no se puede hacer: es mover un poco las muñecas para que no se atrofien”.
Manuele ingresó en el segundo encuentro contra la mayor de India (empate) y cuenta que “volver a vivir esa sensación, esas ganas de salir con todo, con un poco de nervios, esa sensación de partido, estuvo buenísimo”.
Para ser parte, la jugadora de Santa, que estudia Kinesiología y deberá mechar este año sus estudios con posibles convocatorias a Las Leoncitas, pasó buena parte de enero encerrada en el Cenard: los entrenamientos comenzaron temprano en el año y desde el 11 de enero el equipo quedó concentrado para afirmar las cuestiones tácticas y tomar ritmo con palo y bocha. Manuele cuenta que el ritmo de las actividades y la lógica de la concentración la llevó a casi no caer en el hecho de que estaba a punto de hacer su debut internacional.
“Mis amigas me mandaban fotos de cuando éramos chicas, usando la camiseta de Las Leonas, y me decían que ahora lo estaba haciendo yo, y yo no me daba tanto cuenta… Estás en el Cenard, metida en la concentración… Pero cuando me dieron la camiseta, caí”, confiesa Manuele, que no es la primera en su familia en llegar a una selección nacional: es sobrina de Julián Manuele, apertura de La Plata Rugby, campeón en 1995 y parte del seleccionado de Los Pumas que fue parte del primer mundial, en 1987.
“Mis amigas me mandaban fotos de cuando éramos chicas, usando la camiseta de Las Leonas, y me decían que ahora lo estaba haciendo yo“
El debut “fue divino”, cuenta. “Y con el grupo nos llevamos muy bien, y eso hizo que no me ponga tan nerviosa. No era un partido así nomás, era mi primer partido internacional. Pensé que me iba a morir de los nervios, pero la verdad que estuve super cómoda, con muchas ganas de jugar”.
El grupo Sub-21 lo conforman varias jugadoras con las que Manuele ya había coincidido en los seleccionados de Buenos Aires y también en las concentraciones para los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018: la delantera de Santa fue parte del grupo grande que entrenó desde 2017, pero cuando dieron la lista final, no quedó. “Fue triste”, recuerda Manuele, “pero a la vez sabía que no era mi momento: quedaron las mejores. Y yo era muy chica, y creo que no estaba preparada, de cabeza y físicamente. Me ayudó, como jugadora, para hacer un click: me di cuenta que si quería jugar a ese nivel tenía que cambiar mi cabeza. Lo hice, y hoy estoy preparada: ahora no regalo nada”.
Manuele se sumó así a la lista de jugadoras que han llegado, desde La Plata, a la selección de hockey nacional, una lista quizás más corta de lo que debería ser: durante años, costaba que se mire a las jugadoras que golpeaban la bocha en el “sur”.
Ahora, dice Manuele, por un lado “jugás en la A del Metropolitano, y ahí te van a ver, quieran o no. Quizás no vienen a La Plata para ver cómo entrenamos, pero al medirte con los mejores clubes del país te ven jugar en Santa. Por eso está bueno mantener la categoría”. Por otro, el club ha crecido y “está en un nivel altísimo”. Además, “al tener jugadoras del nivel de Majo Granatto, que salió mejor jugadora junior del mundo, o de Vicky Granatto, el club crece cada vez más: hoy estás a la par de cualquier jugadora que está en Buenos Aires”.
Majo es un espejo para Manuele, “es mi referente desde que juego al hockey”, afirma, “siempre la tuve ahí arriba”. La Leona hace las veces de mentora de Manuele, como se apreció en aquella escena en Náutico, y como confirma la propia Vicky: “Al tener un juego similar, y jugar en la misma posición, es mirarla constantemente. Por suerte, tengo una relación bárbara y puedo preguntar cualquier cosa”.