#Canotaje / La más grande: Ameghino hizo historia en Lima 2019

Cinco Juegos Panamericanos. Nueve medallas. Sabrina Ameghino, la “Abuela”, no es solo una de las más grandes de la delegación por su edad: la palista de Ensenada igualó hoy, al ganar el K1 200 en Lima, al cinco veces olímpico y medalla de oro en Beijing 2008 Walter Pérez, como la atleta más condecorada de la historia de los Juegos Olímpicos.

Y la hazaña que consiguió, superando a Javier Julio y Liu Song, dueños de ocho preseas panamericanas, tiene más condimentos: el oro en la prueba de velocidad le permitió saldar un deseo de dos décadas y conseguir un oro que le había sido esquivo a ella y a todo el canotaje femenino nacional; porque Ameghino se convirtió, además, en la primera argentina en ganar una medalla dorada en un Juego Panamericano, en toda la historia. Con 39 años. ¡Y sin tomar suplementos!

Aunque para ella parecería no pasar el tiempo nunca, los años, lógico, pesan siempre. De hecho, por cuestiones de desgaste y estrategia, Ameghino llegó a Lima (en rigor, a Huaura, donde se desarrolló la competición del canotaje) habiéndose preparado para las pruebas de velocidad: no iba a competir en el K4, al que se sumó en los últimos meses, y no corrió el K2 500, la prueba que le dio plata en 2011 y 2015, y que hace instantes fue plata, comandada por Magui Garro y Brenda Rojas (que cerró una cosecha inédita de la delegación del canotaje: ¡4 oros!, una plata y dos bronces).

Ameghino miró desde las gradas esa medalla plateada mientras se preparaba para la final del K1 200, a la que accedió hace un par de días, apenas minutos antes de cosechar el bronce en el K4, su tercera medalla panamericana en la especialidad y su octava, hasta entonces, en total (fue bronce en K2-500 y K4-500 en Santo Domingo 2003; plata en K2-500 y bronce en K1-200 en Guadalajara 2011 y plata en K2-500 y bronces en K1-200 y K4-500 en Toronto). Pura vigencia.

Y eso que hace tres años había dicho que su carrera terminaba con Río 2016. “Este es mi primer juego y el último, ponele la firma”, decía por entonces. Quería pasar más tiempo con su hija, Vera, y cerrar su historia con su primera participación en un Juego Olímpico parecía ideal.

Vera cambió su vida, pero también su cabeza: “Irte de tu casa para hacer el mínimo, no tiene sentido si tenés una hija en casa. Bajás al agua con otro compromiso”, contaba en 2016. “Con la cabeza que tengo hoy, deportivamente hablando”, lamentaba, “si yo la hubiese tenido cuando tenía 25 años… quizás la historia hubiese sido otra”.

Claro que, aceptaba, en aquella época “a las mujeres del canotaje no nos daban bola. Es difícil entrenar así”. Siempre parte de un deporte sin demasiada visibilidad, ni marketing, y ella cultora de una particular humildad, Ameghino las sufrió todas: la falta de apoyos de los más básicos, de espacios para entrenar, dirigentes caprichosos… Uno de los grandes golpes de su carrera, de hecho, fue cuando quedó fuera de Londres 2012 por una decisión burocrática. Entonces sintió que era suficiente y dejó el deporte.

Pero la familia la convenció: la mejor revancha la iba a tener en el kayak, buscando ponerle el broche de oro a su carrera con la esquiva clasificación olímpica. Una última vuelta, se dijo a sí misma. Fue un ciclo bárbaro, con su máxima cosecha en un Juego Panamericano (se fue de Toronto con tres medallas, dos de bronce y una plateada) y el boleto a su primer Juego Olímpico, ganándole la plaza a Canadá en el Mundial.

Y en Río le picó el bichito. “Esto es hermoso”, repetía. Entonces, tras aquella cita olímpica, primero, decidió seguir un año más. El de la transición, el traspaso. Pero charló con otros atletas, entre ellos Santiago Lange. Y claro, con su familia. Y la fueron convenciendo.

Ahora, mientras organiza el cumple de 15 de Vera vía satélite y gana medallas panamericanas, promete que el broche de oro sería Tokio. De hecho, reunió al resto de las competidoras del K1 tras la carrera, para una foto “final”, un souvenir de su última carrera y su primer oro. Pero sobre esta inoxidable atleta, claro, mejor no asegurar nada…

La foto que pidió la propia Sabrina, tras ser oro en el K1 200

Las medallas panamericanas de Ameghino

Santo Domingo 2003
K2 500 Bronce
K4 500 Bronce

Guadalajara 2011
K2 500 Plata
K1 200 Bronce

Toronto 2015
K2 500 Plata
K1 200 Bronce
K4 500 Bronce

Lima 2019
K4 500 Bronce